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Los códigos QR en la restauración, que estropean la experiencia del cliente.

códigos Qr experiencia del cliente aportan valor

Ya hace muchos meses que los códigos QR se han integrado en nuestra vida, y estamos muy familiarizados con su uso.

 

Sus aplicaciones son múltiples, nos aportan muchas ventajas, y también algún que otro inconveniente.

 

El terminal móvil siempre lo llevamos encima, y captando un código QR, podemos realizar múltiples acciones.

 

Desde descargarnos unos datos de contacto que se añadirán automáticamente en nuestra agenda, acceder a una plataforma de pago, abrir el clásico pdf de información, compartir una ubicación o reseña en RRSS, entre las acciones más usadas.

 

Hoy ya disponemos de muchas aplicaciones que nos facilitan la creación de estos códigos QR.

 

Pero en ocasiones, o por mal asesoramiento, o por no analizar correctamente la experiencia por la que pasará nuestro cliente en el proceso de compra, a nuestro comprador le acabamos perjudicando y poniendo demasiados puntos de dolor, por querer innovar implantando un código QR.

 

Y como siempre, pongamos el ejemplo.

 

Por motivos de trabajo, habitualmente me toca comer en restaurantes de menú, y además cada día en un lugar distinto.

 

En estos restaurantes en los que el menú sólo te ofrece 3 o 4 alternativas muy diferenciadas de cada plato, encuentro que un código QR facilita de una forma rápida la lectura y elección del menú. Además de ser una manera muy higiénica, en un lugar de mucha rotación, en el cual la carta va rotando continuamente de mesa en mesa.

 

Y si alguien no dispone de medios, o tiene problemas para acceder al pdf, el camarero le puede cantar los 3 primeros, 3 segundos y postres de una forma rápida para que elija.

 

En ese caso, el restaurante puede preparar cada día una carta distinta en QR, y el resultado está genial.

 

El gran problema lo he encontrado en los restaurantes algo especiales, de los que tienen una carta amplia y con platos peculiares. 

 

Y precisamente estos sitios alardean de hacer experimentar una gran experiencia a sus clientes.

 

A este tipo de restaurantes solemos acudir en grupo. Y normalmente debemos consensuar entre todos una elección para compartir.

 

Como es normal cuando te reúnes un grupo de gente, ya sea por las diferencias de edad, o por estar más o menos abiertos a las nuevas tecnologías, puede que no todos tengan un terminal móvil, o no todos puedan acceder a leer una carta mediante un QR.

 

A esto, le tenemos que sumar la situación incómoda y fría que se genera en el grupo, al estar cada uno con su dispositivo móvil leyendo la carta. 

 

Y encima, si nos toca el camarero impaciente con prisa para coger la comanda, la situación puede ser irritante, y no crear el ambiente adecuado para empezar a disfrutar de una velada.

 

Está claro, que una buena experiencia de cliente empieza por crear ese ambiente propicio que genera la situación de tener el mismo acceso a la carta por parte de todos, para poder proponer cada uno sus preferencias.

 

Las clásicas cartas físicas sobre la mesa, nos facilitan la lectura a todos por igual, y nos sitúan visualmente a todos cuando uno la muestra señalando en ella, comentando o sugiriendo alguna propuesta para consensuar una elección.

 

Aquí un ejemplo de cuando un avance tecnológico puede facilitarnos o perjudicarnos una experiencia de cliente.

 

Por ello, en el Marketing Digital no todo vale, y antes de implantar o copiar una acción, hay que analizar bien el customer journey (o proceso por el que pasará el cliente), para aportar ventajas y soluciones, y no crear nuevos puntos de dolor a nuestro cliente.

 

Y entonces…

 

¿Dónde podemos implantar códigos QR en la restauración?

 

Los códigos QR pueden ayudar a realizar múltiples acciones de Marketing Digital. Y entre las principales están:

    • Adelantar la carta y los precios.
    • Compartir la ubicación de cómo llegar, o donde aparcar.
    • Compartir directamente reseñas y valoraciones en las RRSS.
    • Acceder a la cuenta de la comida, y realizar el pago.
    • Abrir una aplicación que facilite la división del importe entre los miembros del grupo.
    • Envío de quejas o sugerencias, que podemos recibir y resolver al instante.
    • Aplicación de reservas para una próxima visita con algún incentivo instantáneo.
    • Inscribirse en algún programa de fidelización.
    • Aprovechar ofertas instantáneas.
    • Solicitar extras y complementos.
    • Conseguir los datos del cliente para futuras campañas y promociones.
    • Y cualquier solución que aporte valor y facilite la experiencia a nuestro cliente.

 

Y es que un Código QR bien implementado, puede incluso resolver o revertir una mala experiencia de cliente, detectando y solucionando el problema en ese momento.

Me encantaría saber qué te ha parecido.

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