Estamos viviendo un momento muy incierto y cambiante que nos hace movernos muchas veces por impulsos y por querer aportar alguna solución rápida que no sabemos si mañana funcionará.
Siempre nos han dicho que el que golpea primero golpea dos veces o que el nombre o marca que deja huella es siempre la primera en aparecer y resolver una necesidad, por lo que es un momento ideal para actuar rápido buscando soluciones a las necesidades o ideas que van surgiendo.
Hace años en la era analógica era muy lento y costoso aventurarse a desarrollar un proyecto que teníamos en mente, hoy en día en la era digital es mucho más rápido y económico y como no corras a sacar adelante tu idea vendrá otro y se te adelantará.
Cuando nos lanzamos a poner en marcha una idea, da igual sea un producto o servicio y no hemos realizado un profundo estudio de mercado o analizado a fondo su viabilidad tenemos la opción de trabajar con el mínimo viable.
Asesorarte por el servicio de un especialista que te ayude y aporte otra visión, alquilar medios básicos y utilizar plataformas económicas o gratuitas te harán arriesgar lo mínimo mientras vas analizando su viabilidad a la vez que te vas dando a conocer, recibes feedback de los futuros clientes y vas implantando todos los medios necesarios a la vez que vas creciendo.
Una forma de ir ajustando una inversión a un retorno antes de dar el paso de equiparte con una estructura y equipo de trabajo necesario.
La mayoría de veces te das cuenta de que la idea funciona y es viable, aunque la orientación definitiva sea muy distinta a la idea inicial que llevabas.
Una forma de no cometer errores que te cuesten demasiado dinero como para tener que abortar el proyecto antes de quedarte sin recursos.
El servicio mínimo viable es algo que tener en cuenta cuando nos planteamos poner en marcha algún proyecto arriesgando los mínimos recursos.

Si te ha gustado, compártelo: